Wednesday, April 30, 2008

O'Reilly critica la web 2.0

Parece que cada vez hay más gente descontenta con la dirección hacia donde va la mayoría de startups denominados 2.0.

El mismo O'Reilly, que inventó el concepto 2.0 y aportó su primera definición fue muy claro en su reciente discurso: "do hot follow headlines" y "go after big, hard problems".

Ayer leí otro artículo parecido, aún más crítico, llamado An Open Challenge to Silicon Valley.

Su autor, Umair Haque, Director de Havas Media Lab, dice que vivimos en tiempos de muchos cambios, muchas dificultades a nivel global y pregunta ¿Por qué hay tan pocos proyectos que intentan realmente resolver un problema grande, real, y tantos que intentan copiar un proyecto de éxito, poniendole unos cuantos lazitos para diferenciarse? ¿Cuál es la motivación de los emprendedores: resolver un problema, o vender el proyecto a Google, Yahoo (que en muchos casos no tiene un modelo de ingresos claro) y hacerse rico en poco tiempo?

Yo opino que no es necesario ni posible que todos los proyectos (o la mayoría de ellos) intenten resolver a los problemas globales. Los objetivos de un proyecto pueden ser mucho más modestos. Eso sí, los proyectos siempre deberían tener como objetivo resolver a un problema real. ¿Porque lo hacemos? ¿Que problema estamos intentando resolver? son dos de las preguntas que en mi opinión debería responder cada startup antes de empezar.

El motivo real porque hay tantos proyectos incrementales (para twitter -jaiku, kyte, pownce- ; para kayak o facebook muchísimos más) son los incentivos distorsionados por los Googles, Yahoos y Microsofts, ebays que iban comprando varios startups a precios ridiculamente altos. Un ejemplo claro es caso facebook-microsoft. Estas transacciones y valoraciones excesivas incentivan a los emprendedores a iniciar proyectos incrementales, de poco valor añadido, porque es lo que promete recompensa facil.

Los emprendedores se comportan de manera racional. Interpretan las señales del mercado (en este caso valoraciones, precios de adquisiciones) y reaccionan. Si ven que una red social puede llegar a tener valoración de 15 billones, se meten a crear miles de redes sociales parecidas. O metabuscadores. O twitters mejorados. El resultado es la generación masiva de proyectos poco originales, con la esperanza de colocarselos a alguién. Si no existieran precedentes de compras con valoraciones excesivas, me atrevo a decir que el número de proyectos clónicos sería mucho más bajo, y el capital buscaría proyectos más originales.

Curiosamente, ni O'Reilly, ni otros, que critican tanto la falta de inovación real en la mayoría de proyectos 2.0, hablan del problema de los incentivos que provocan esta situación. A lo mejor no es tan mediático...

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