Hace unos meses hablé en este blog del fenómeno de parálisis de los incumbentes. Hoy me gustaría revisitar el tema, porque acabo de leer, 10 años después de su salida, el libro The Innovator's Dilemma, de Christensen, que trata temas muy parecidas. Aquí está un capítulo del libro (en inglés) que habla de la evolución de un sector y de como las empresas fuertes en innovación con paso de tiempo enfocan sus esfuerzos hacia la innovación evolutiva, para mejorar los procesos y productos existentes, mejorar los margenes etc., y dejan de dedicarse a las innovaciones disruptivas (en la gran mayoría suelen ser tecnologías existentes, no nuevas, empacadas para crear un producto novedoso). Es una lectura larga, para la generación de twitterers recomiendo leer al menos el resúmen al final.
No es que las empresas empiezan a comportarse de otra manera cuando dejan de ser startups. Siguen escuchando a sus clientes, piensan en sus futuras necesidades, invierten en investigación y tecnologías... pero todo esto lo hacen pensando en sus productos estrellas, los que hoy les aportan margenes y beneficios. El resultado: mucha innovación evolutiva, pero también mucho espacio para que los nuevos startups con hambre de éxito y pocos recursos creen nuevos servicios o mercados enteros con sus innovaciones disruptivas.
Para mí la mayor aportación de Google no es el PageRank. Es su capacidad de crear espacio para innovar continuamente en ambas vertientes, tanto la evolucionar como la disruptiva, con su famoso modelo 80-20 (a pesar de que algunos piensan que es la causa principal del futuro fracaso de Google).
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