Hoy a las 6:00 de la mañana ya tenía leída toda La Vanguardia. Es una de las pocas ventajas de tener que levantarse a las 5.30 para llevar a mi suegra al aeropuerto.
Me llamó mucha atención la noticia que Rodrigo Rato renuncia al puesto de director de IMF para tener más tiempo a la educación de sus hijos.
El periódico, en todos los comentarios sobre esta noticia se dedica al impacto que tiene esta decisión para la política española. Eso a mí no me interesa mucho.
Lo que creo que merece destacar es (si el motivo de la renuncia es verdadero) las prioridades del Mr. Rato. Renunciar a ser uno de los hombres más poderosos del mundo, dejar de ser el jefe de una institución con más recursos económicos que la mayoría de gobiernos, para pasar más tiempo con su familia es algo tan poco habitual, tan extraordinario, que se merece al menos una mención en un blog sin importancia. Porque una decisión así demuestra una escala de valores tan bonita que es triste que los periódicos españoles no han dedicado más espacio a este aspecto de la noticia.
Es una noticia buena, de cual todos los padres podemos y debemos aprender. Porque si R. Rato puede organizarse la vida para dar a sus hijos la atención que se merecen, todas las excusas típicas de "casi no veo a mis hijos porque tengo mucho trabajo", que yo a veces también utilizo, suenan muy falsas.
Gracias Mr. Rato. Y... chapeaux!
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