Acabo de leer la historia increible de pet rock, piedra mascota, que no conocía.
Es alucinante. A un tal Gary Dahl se le ocurió en años 70 vender piedras en vez de mascotas vivas. Muchos años antes del invento de tamagochis y de otros robots pets japoneses.
Se vendían con manual (para enseñarte como entrenar a tu mascota), en caja - jaula, vamos, como una mascota viva.
Las ventajas de tener un pet rock son los cuidados mínimos que requieren, bajos costes, mientras (según Dahl) aportan mucha alegría, porque la alegría de tener una mascota viene sobre todo de la idea de tener una mascota, no de la mascota real (no sé si esto se le ocurió a él o si había leido las obras de Plató).
Resultado de todo esto: 5 milliones de pet rocks vendidos en 6 meses, y estimados 15 milliones de dolares de beneficio para su inventor, sin duda un genio en marketing y creatividad.
Yo una vez propuse a unos niños que iban "justitos de dinero" que regalaran a su padre una caja grande, grande (como la de las botas de montaña del propio papá) y llena de BESOS, él se encargaría de auto-dosificárselos..... dieron tantos besos a la caja que....
ReplyDeleteCreo que TODAVÍA HAY ALGUNO DENTRO.....y lo bueno del asunto es que genera besos "de verdad" !
Chus,
ReplyDeletedeberías publicar tu propio blog;la historia de caja llena de besos es buenísima. Y, con tu experiencia, seguramente tienes unas cuantas parecidas en el cajón. Ándale, anímate.